¿PARANOIA o PRECAUCIÓN?:
Cavilaciones dentro de una crisis
Era una mañana tranquila y el sol entraba por la ventana atravesando las cortinas aún cerradas, pero iluminando de manera sutil el ambiente; una hermosa manera de despertar de mi mundo onírico, acompañando el matiz de la habitación se oían las voces y risas de mi familia que ya habían iniciado su día; era una mañana perfecta y me disponía a levantarme de la cama de muy buen humor hasta que por un detalle todo empezó a nublarse. Fue un dolor, un pequeño dolor en la garganta que hizo que todo se derrumbara.
Era una mañana tranquila y el sol entraba por la ventana atravesando las cortinas aún cerradas, pero iluminando de manera sutil el ambiente; una hermosa manera de despertar de mi mundo onírico, acompañando el matiz de la habitación se oían las voces y risas de mi familia que ya habían iniciado su día; era una mañana perfecta y me disponía a levantarme de la cama de muy buen humor hasta que por un detalle todo empezó a nublarse. Fue un dolor, un pequeño dolor en la garganta que hizo que todo se derrumbara.
En
ese momento, recordé toda la información leída o escuchada respecto a los
síntomas de la pandemia que nos azota…el Covid-19. Mi mente empezó a trabajar
en la concatenación de hechos llevándome a recordar las situaciones de posible transmisión
y a su vez, pensar en las medidas que debería empezar a tomar de ser yo un
nuevo caso positivo.
De
repente, esa bella mañana, casi como sacada de una novela romántica, se tornó
en mi peor pesadilla. Es increíble cómo el cerebro es capaz de crear escenarios
que parecen reales, desde los alegres y dichosos hasta los más turbios y
desoladores. El único hecho de respirar me hacía sentir dolor, pero más allá
del físico me causaba dolor anímico pensando en la posibilidad de ser parte de
la cifra de contagios a causa del Covid- 19 y también de haber infectado a mi
familia; y es que, el verdadero temor no era por mí, porque tendría la
posibilidad de recuperarme, sino por mi familia. Nunca me perdonaría el hecho, que,
alguno de ellos se enfermara o pudiera perecer por mi culpa.
En este tiempo de aislamiento e incertidumbre cada uno
lucha con sus “demonios internos”
Durante
esos segundos de tensión- que fue lo que duró mi terror e inquietud- también
reflexioné acerca de qué tan egoístas hemos venido siendo durante todo este
tiempo, pensando solo en cómo nos sentimos, mirando solo hacia nosotros mismos
y cegándonos ante el mundo interno de los que nos rodean y es que, cuando
sabemos que es probable perder a uno de ellos es cuando realmente les prestamos
atención y/o empatía; sin embargo, en muchas ocasiones lamentablemente, es muy
tarde.
Después
de haberme sumido en mis oscuros pensamientos a los cuales me arrastró el miedo
y la paranoia de estos días, pensé que debía tomar acción, así que consulté en
páginas confiables sobre los síntomas, hice un test del Ministerio de Salud
para descartar ser un posible nuevo paciente con Covid-19 y le escribí al
médico de la familia informándole acerca de mis síntomas; también me dispuse a
aislarme en mi habitación y no salir por ningún motivo. Iba a solicitar que las
personas que estuvieran en casa adoptarán un nuevo protocolo de limpieza y
protección, estaba empezando a organizar en mi mente lo que tenía que hacer
para dejar todo en orden si es que no salía de este cuadro (incluso siendo fiel
a mi extremismo/dramatismo pensé en la eutanasia). Hasta que me llegó el
mensaje que tanto había estado esperando. La respuesta del médico fue que mis síntomas
eran de un leve resfriado común y que no me extrañara del dolor de garganta,
porque desde la niñez había sufrido de este síntoma periódicamente, me brindó
algunas otras recomendaciones y concluyó su mensaje con que guardara la calma,
virtud que se está perdiendo en estos días.
En
ese instante pude respirar con tranquilidad; agradecí al universo porque repentinamente
ya me sentía mejor y otra vez el día se volvió luminoso y tranquilo. Solo fue
mi miedo lo que magnificó todo lo que sentía. Lo que de nuevo me llevó a pensar
en las demás personas, que, al igual que yo sufren de trastorno de ansiedad, o
los hipocondríacos, también en los pacientes diagnosticados como PAS (Persona
Altamente Sensible).
En este periodo de cuarentena e incertidumbre cada uno lucha con sus “demonios internos”, los cuales nos hacen tomar decisiones y actitudes diferentes; así como en mi caso, que empecé a crear un “plan de contingencia” con la única finalidad de proteger a los míos, ya sea tomando medidas de precaución o algunas mucho más drásticas; sin embargo, existen otras personas que puede que no encuentren un camino claro.
En este periodo de cuarentena e incertidumbre cada uno lucha con sus “demonios internos”, los cuales nos hacen tomar decisiones y actitudes diferentes; así como en mi caso, que empecé a crear un “plan de contingencia” con la única finalidad de proteger a los míos, ya sea tomando medidas de precaución o algunas mucho más drásticas; sin embargo, existen otras personas que puede que no encuentren un camino claro.
En
los próximos días varios presentarán síntomas de resfrío o gripe común, esto es
del cambio de clima, así que los exhorto a estar atentos a todos y cada uno de
sus síntomas y también a su evolución; a tomar las medidas de precaución
necesarias y sobre todo a mantener la calma. Recuerden que NO ESTAMOS SOLOS en
este proceso.
Dr.
Plague.
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