Y DE YAPA TU COVID19

¿Hasta qué punto puede una persona tolerar la idiosincrasia de su propia sociedad? -nos preguntamos muchos-. ¿No es así? Tal vez con distintas palabras, pero con el mismo enfoque e indignación. 
Podemos decir que muchos observamos e incluso reprendemos todos los días a muchas personas, que botan sus desperdicios en la calle (bueno, veíamos), irónico ¿verdad?

¿Hasta qué punto aguantábamos nosotros y recriminábamos a un familiar, amistades, parejas, desconocido? - ¡Hey, eso no se hace! -  ya sea por proteger el ecosistema o una acción que atente contra la sociedad en general. Podría apostar que no pasaba de ver que la persona realizara este acto por segunda vez para corregirla. Ahora imaginen a un hombre de 57 años de edad observando por 46 días seguidos como cientos, miles, millones de personas, pertenecientes a la nación que está bajo su cargo, no respetan las normas impuestas por él (bajo su función) y el estado en general, para salvaguardar su vida, al país y a sus habitantes.

Trato de imaginar cómo se debe sentir este señor al despertar y enterarse que 2000 personas más están contagiadas con este virus, que murieron 100 personas más, que diversos mercados de Lima Metropolitana, e incluso del país entero, están abarrotados de personas, que no hay camillas y que los hospitales están a punto de colapsar o que muchos ya lo hicieron.
Qué debe sentir este señor al despertarse y observar que su nación poco a poco, corrijo, de a grandes pasos está perdiendo la batalla contra este virus debido a la maldita idiosincrasia de su sociedad.

Este señor en mención debe pensar muy a menudo - ¿Qué hago para que estos huevones entiendan que no deben salir por las huevas y no deben aglomerarse? -  Y de seguro siempre llega a la misma respuesta.

- Nada -

Porque simplemente no se puede.

Ha de esperar a que el porcentaje de difuntos aumente y tal vez solo así se concienticen. Esperemos no sea tarde cuando suceda.


Ingeil.

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