LA INDOLENCIA DE LOS MERCANTILISTAS Y DESUBICADOS DE SIEMPRE EN PLENA PANDEMIA:
- Los bancos que dijeron que no se podía congelar los créditos de personas y pequeñas empresas. Su postura cambió cuando el BCR bajó la tasa de referencia de 2.5% a 1.25% y anunció una inyección de liquidez por 30 mil millones al sistema financiero. Las intereses que dejarán de cobrar los bancos son moco de pavo frente a las ganancias que obtendrán con las medidas adoptadas por el BCR.
- La “periodista” y accionista del Grupo El Comercio, Maki Miró Quedada, vanagloriándose en su columna dominical de Perú21 de sus opulencias, casa de campo de varías hectáreas, champán en cantidades dignas de una gran fiesta, viajes e invitaciones a todas partes del mundo y llamando a su ama de llaves hija de puta por abandonarla para cumplir cívicamente con la cuarentena impuesta por el gobierno. Y toda esta demostración de racismo, clasismo, frivolidad e indolencia difundida por un diario de circulación nacional en medio de la gran crisis sanitaria y económica que azota al país y al mundo. ¿Para eso controla el Grupo El Comercio el 80 % de diarios del país?
- La Asociación Cultural Taurina del Perú que ha denunciado al alcalde Jorge Muñoz por haber destinado la plaza de toros de Acho como albergue temporal para los que viven e las calles de Lima, para guarecerlos, darles asistencia alimenticia y médica y protegerlos del Covid19.
- Algunas universidades privadas que, carentes de toda empatía, no solo no dan respuestas satisfactorias sobre el cobro de pensiones, dada la enseñanza en modalidad virtual, sobre la cual los estudiantes esperarían pagar menos, sino que además insinúan que hasta se podría cobrar más porque los alumnos se ahorran tiempo y transporte. No se trata de hacer populismo, ciertamente lo virtual demanda otros costos, pero bien harían las universidades en brindar otro mensaje (que sí hay ahorros se destinarán a más becas y ayudas, por ejemplo) y en reducir, efectivamente, sus ganancias o excedentes, según el caso de universidades con fines de lucro y sin fines de lucro. Los planes de construcción, crecimiento y expansión pueden suspenderse o postergarse, lo que no debería detenerse ni truncarse es la carrera académica de los estudiantes, que, en buena cuenta, es la carrera de crecimiento futuro del país.
- Las AFP que no proponen ninguna alternativa ante la crisis de aquí y ahora y solo se escudan en una supuesta recuperación futura de los fondos, pese a que se sabe que la inmensa mayoría que se jubile obtendrá pensiones irrisorias y que hay trabajadores que ya no son dependientes, no aportan hace años y lo acumulado no serviría de gran cosa cuando se jubilen. Retirar esos montos hoy, de aquellos casos en circunstancias difíciles, podría ser la diferencia entre quebrar el pequeño negocio o hacer que este sobreviva; entre pasar hambre o comer; entre la enfermedad y la salud.
- Los canales de televisión de señal abierta que no deciden su colaboración con el Ministerio de Educación para transmitir contenidos educativos producidos por el ministerio para apoyar la formación básica regular, especialmente de colegios públicos, mientras dure la emergencia sanitaria. Y no lo hacen porque quieren que se les pague por este servicio de interés público, pese a utilizar cómo les da la gana el espectro radioeléctrico que es del Estado y, por ende, de todos los peruanos.
- Las empresas de seguros médicos y clínicas privadas que se han puesto de costado y no han salido a decir presente para poner todos los recursos con los que cuentan para ayudar a combatir esta pandemia.
- Fabricantes especuladores que ante la escasez de mascarillas quieren cobrarle al Estado entre cinco a diez veces el valor que estas tenían hace dos meses cuando exportaron esas mismas prendas a China.
- Las empresas de telecomunicaciones que instan a pagar los servicios a tiempo, sin dar ninguna alternativa a personas y empresas seriamente afectadas, amenazando con tornar insostenible el servicio que brindan.
- Las diversas empresas que no están haciendo ningún esfuerzo por preservar el empleo y las condiciones laborales de sus trabajadores.
G.
- La “periodista” y accionista del Grupo El Comercio, Maki Miró Quedada, vanagloriándose en su columna dominical de Perú21 de sus opulencias, casa de campo de varías hectáreas, champán en cantidades dignas de una gran fiesta, viajes e invitaciones a todas partes del mundo y llamando a su ama de llaves hija de puta por abandonarla para cumplir cívicamente con la cuarentena impuesta por el gobierno. Y toda esta demostración de racismo, clasismo, frivolidad e indolencia difundida por un diario de circulación nacional en medio de la gran crisis sanitaria y económica que azota al país y al mundo. ¿Para eso controla el Grupo El Comercio el 80 % de diarios del país?
- La Asociación Cultural Taurina del Perú que ha denunciado al alcalde Jorge Muñoz por haber destinado la plaza de toros de Acho como albergue temporal para los que viven e las calles de Lima, para guarecerlos, darles asistencia alimenticia y médica y protegerlos del Covid19.
- Algunas universidades privadas que, carentes de toda empatía, no solo no dan respuestas satisfactorias sobre el cobro de pensiones, dada la enseñanza en modalidad virtual, sobre la cual los estudiantes esperarían pagar menos, sino que además insinúan que hasta se podría cobrar más porque los alumnos se ahorran tiempo y transporte. No se trata de hacer populismo, ciertamente lo virtual demanda otros costos, pero bien harían las universidades en brindar otro mensaje (que sí hay ahorros se destinarán a más becas y ayudas, por ejemplo) y en reducir, efectivamente, sus ganancias o excedentes, según el caso de universidades con fines de lucro y sin fines de lucro. Los planes de construcción, crecimiento y expansión pueden suspenderse o postergarse, lo que no debería detenerse ni truncarse es la carrera académica de los estudiantes, que, en buena cuenta, es la carrera de crecimiento futuro del país.
- Las AFP que no proponen ninguna alternativa ante la crisis de aquí y ahora y solo se escudan en una supuesta recuperación futura de los fondos, pese a que se sabe que la inmensa mayoría que se jubile obtendrá pensiones irrisorias y que hay trabajadores que ya no son dependientes, no aportan hace años y lo acumulado no serviría de gran cosa cuando se jubilen. Retirar esos montos hoy, de aquellos casos en circunstancias difíciles, podría ser la diferencia entre quebrar el pequeño negocio o hacer que este sobreviva; entre pasar hambre o comer; entre la enfermedad y la salud.
- Los canales de televisión de señal abierta que no deciden su colaboración con el Ministerio de Educación para transmitir contenidos educativos producidos por el ministerio para apoyar la formación básica regular, especialmente de colegios públicos, mientras dure la emergencia sanitaria. Y no lo hacen porque quieren que se les pague por este servicio de interés público, pese a utilizar cómo les da la gana el espectro radioeléctrico que es del Estado y, por ende, de todos los peruanos.
- Las empresas de seguros médicos y clínicas privadas que se han puesto de costado y no han salido a decir presente para poner todos los recursos con los que cuentan para ayudar a combatir esta pandemia.
- Fabricantes especuladores que ante la escasez de mascarillas quieren cobrarle al Estado entre cinco a diez veces el valor que estas tenían hace dos meses cuando exportaron esas mismas prendas a China.
- Las empresas de telecomunicaciones que instan a pagar los servicios a tiempo, sin dar ninguna alternativa a personas y empresas seriamente afectadas, amenazando con tornar insostenible el servicio que brindan.
- Las diversas empresas que no están haciendo ningún esfuerzo por preservar el empleo y las condiciones laborales de sus trabajadores.
G.
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